DOS SENADORES - MAMM


Desde México
27/Enero/2013


Dos Senadores
Miguel Ángel Mata Mata

El Presidente Enrique Peña Nieto se quedó con las ganas. Quiso desaparecer las secretarías de Seguridad Pública y de la Función Pública y no lo consiguió. Le fallaron los cálculos. No contó que en el México de hoy existen contrapesos a su investidura. Cuando menos en el Senado ya no es como antes. Su partido, el PRI, tiene cinco escaños menos que sus opositores.   

Los senadores del PAN, del PRD, del PT y de MC suman 66. El PRI y el Verde 61. “Llegamos a 62 si Mónica Arreola, del Panal, se nos une”. No es pretexto ni justificación. “Es otra dinámica a la de la Cámara de Diputados”, dijo recientemente Emilio Gamboa Patrón a influyente columnista de la ciudad de México a quien inquietaba el sufrimiento del coordinador priísta a la hora de aprobar las propuestas de su partido. Nomás no pueden

Recientemente, en el periódico Excelsior, el gobernador de Guerrero dijo que su entrañable amistad con Enrique Peña Nieto, Presidente de México, le ayuda ría a lograr beneficios para nuestro empobrecido estado de Guerrero. Ángel Aguirre recordó que desde sus tiempos de priísta se hizo amigo de Peña y que, a pesar de ser hoy militante del PRD, esa amistad no se ha deteriorado. “Es mi amigo”, dijo.

La pasada elección de gobernador de Guerrero fue concurrente con la de diputados federales, senadores y Presidente de México. La popularidad de Aguirre fue factor para que una gran porción de priístas  se volcaran a las urnas a votar por su enemigo de siempre, el PRD. Ángel arrasó de la mano de hoy ex priístas y perredistas. Arrebató gubernatura y, lo que hoy es vital para el peñanietismo: le quitó al PRI nueve diputados federales y dos senadores.

En Cámara de Diputados el PRI goza de una mayoría holgada, junto con sus aliados, para empujar las reformas que Peña Nieto requiere para impulsar su programa de gobierno. Es distinto en el Senado de la República donde el coordinador Emilia Gamboa confiesa: “no es lo mismo aquí”.

Para Gamboa, su partido, y el Presidente, sería ideal lograr la deserción de dos senadores del PRD para bajar a l}sus opositores juntos de 66 a 64. Sumarlos a sus 61 para llegar a 63. Presionar a la solitaria senadora del Panal a su causa y empatar, al menos, el marcador.

Convencer a otro senador sería mas sencillo para el PRI. Ya se ve que el panismo, a diferencia del perredismo, sabe negociar posiciones en el gobierno a cambio de respaldo en el Poder Legislativo. El ex senador García Cervantes, panista de toda la vida, será Subprocurador General de la República con lo que podemos deducir, a partir del conocimiento empírico panista, que algo ya habrán negociado.

Éstos supuestos ´permitirían que las reformas de Peña caminasen por un camino mas fácil y menos encarecido políticamente. Pero en política el hubiera no existe. Las definiciones, en cambio, son la  moneda de cambio de alianzas y amistades políticas. De ahí viene el dicho: “amistad que no se traduce en la nómina es pura demagogia”.

La amistad de Aguirre con Peña tiene la oportunidad de oro para, pragmáticamente, enviar ese mensaje al amigo Presidente y ayudarle con la concreción de sus proyectos a partir del Senado. Esperar abrirá la puerta al panismo negociador y pragmático, lo que dejaría a Guerrero con una bella paradoja: gobernador de un estado pobre y necesitado del apoyo presidencial es amigo del Presidente, aunque cuenta con dos senadores con un gran valor como moneda de cambio político. Pero esa amistad no llega a la nómina. ¿Llegará?

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